El golpe fue una pesadilla. Pese que aún mantiene abierta la herida, tiene fuerzas para hablar del tema y pedir revancha. Carlos López sobrevivió al ser rechazado por Atlético, y a fuerza de goles, sueña con dar la vuelta olímpica con San Juan, cómodo líder del Grupo 2 del torneo liguista.
"Me había ilusionado con quedar en Atlético. El técnico Ricardo Rodríguez me vio jugar y me sumó a la pretemporada. En los ensayos le dejé una buena impresión y ya había dado su consentimiento para sumarme al plantel. Pero apareció alguien de la directiva y me mató la esperanza. Optaron por contratar a Juan Pablo Pereyra y así están las cosas", dijo con cierta tristeza.
El fútbol tiene estas cosas que en ocasiones resultan incomprensible. "No entiendo por qué siempre se margina al jugador tucumano", se quejó el delantero, que se inició futbolísticamente en San Martín. "En los torneos de nuestra provincia hay muchachos que tienen muy buenas condiciones. Mejor que muchos de los que traen de afuera. No quiero tirarme contra ellos porque son colegas. Pero voy a tomarme el atrevimiento de realizar una pregunta: ¿qué le vieron a Juan Manuel Cobelli? Sin temor a equivocarme considero que le hubiese aportado más al equipo. Pero ya está, no se dio. Algunos son tocados por la varita mágica y otros no, y yo estoy en ese grupo", se lamentó.
El delantero aclara que para salir de ese mal momento contó con el apoyo de su esposa Romina, sus hijos Fabricio y Soledad y sus padres. "Ellos me dieron la fuerza que necesitaba para reponerme en lo anímico del mal momento que atravesé. Ahora, sólo pienso en San Juan", subraya.
La "Foquita", como lo llaman, señaló 14 goles en el torneo pasado y en esta competencia marcó cinco tantos en seis partidos y se perfila para ser uno de los máximos artilleros del certamen. "Cuento con el apoyo incondicional de mis compañeros. La directiva hizo el esfuerzo económico para conformar un buen plantel. Por ahora todo marcha de acuerdo a nuestras pretensiones", remarca.
"San Juan tiene argumentos para ser protagonista en el torneo. Ya no se preocupa por mantener la categoría. Tenemos otras ambiciones, como lograr una plaza para el torneo del Interior y, por qué no, ser campeones", indica.
Con sus 27 años y mucho camino recorrido (jugó dos temporadas en el Argentino B en Villa Cubas de Catamarca, en Famaillá, en Atlético Concepción entre otros), el atacante está en condiciones de darle muchas alegrías al "santo" del este. "En ocasiones me imagino a la gente festejando un título. Ojalá podamos darle esa alegría", cuenta.
El artillero valora el campeonato doméstico. "Es muy competitivo. Es lindo jugarlo. Hay jugadores de muy buen pie y muchos pibes con muchas cualidades. Los dirigentes deben tenerlos en cuenta y darles una oportunidad", concluye.